Soy el orgulloso hijo de una madre soltera de clase trabajadora que soñaba con una vida mejor para sus hijos. A pesar de la promesa de oportunidades de Estados Unidos, crecí rellenando solicitudes de cupones de alimentos y trabajando desde muy joven para ayudar a mi madre a pagar las facturas. Durante la Gran Recesión, el banco ejecutó la hipoteca de nuestra casa.

Con trabajo duro, determinación y el amor, el apoyo y la gracia de mi familia y mi comunidad, encontré mi camino. Trabajé en McDonald's durante mi secundaria y como maestro sustituto en la universidad, y una cicatriz en mi brazo es el testimonio de los cientos de veces que cambié mi sangre en un centro de plasma para pagar las facturas de mi familia. Empecé en un colegio comunitario y luego dormí en los sofás y suelos de mis amigos durante mi primer semestre en una universidad pública. Luego trabajé como economista para el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos y me convertí en un primer respondedor después de que el huracán María llego a Puerto Rico. Me gradué de las escuela de Derecho de Yale e hice la promesa de luchar siempre por los que se han quedado fuera, rezagados o sin voz. Una promesa para garantizar que todos en Estados Unidos tengan realmente una oportunidad justa de éxito.

La igualdad de oportunidades empieza aquí mismo, en nuestra comunidad. Debemos luchar para reducir el coste de la vivienda y la asistencia sanitaria, proteger la Seguridad Social y Medicare, y defender los derechos y libertades de todos los ciudadanos de color. Voy a llevar una voz real a la capital de nuestro país para mejorar la vida de la gente corriente, para que todos los habitantes de color tengan una oportunidad honesta de triunfar.